Consiste en escuchar y percibir los sonidos, aceptarlos, recibirlos y sentirlos, dejando que nuestro cuerpo y mente fluyan con ellos sin abandonar nuestra posición como observadores.
Lo esencial es ser receptivo al sonido y dejarlo actuar libremente.

 

La neurociencia ha demostrado que el sonido influye en las ondas cerebrales, el sistema nervioso, la química corporal y la re-armonización del cuerpo como un todo.

 

El sonido viaja más rápido en líquido (1500 m / s) que en aire (330 m / s).

 

Dado que el cuerpo está compuesto por aproximadamente un 70% de agua, las ondas de los cuencos viajan a través del cuerpo y resuenan en todo el ser y en lo profundo de las células, especialmente en el cerebro, que contiene la mayor cantidad de agua.

 

No se trata tanto de escuchar con los oídos, sino de dejar que cada célula de nuestro cuerpo absorba gradualmente las vibraciones positivas de los cuencos.

El masaje de sonido es una invitación a la relajación,

al bienestar y al dejar ir.

Entran en nuestro cuerpo físico, emocional y energético, liberando bloqueos para que pueda fluir la energía vital, que es la base de toda sanación.

 

Los cuencos emiten vibraciones similares a las ondas alfa del cerebro, ligadas a los estados de meditación y relajación profunda, como cuando estamos a punto de dormirnos. Su sonido nos induce este estado, que nos permite, por ejemplo, analizar los problemas con más serenidad y claridad.

 

El sonido de los cuencos tibetanos ayuda a contactar con los niveles más profundos del ser y propicia la entrada en otro estado de conciencia. Abre así la puerta a experiencias espirituales y puede servir de acompañamiento en procesos en los que nos encontramos en los límites de la vida, como el nacimiento, el coma y la muerte.

 

El masaje sonoro es una sesión pasiva, en la que poco a poco se accede a un estado de relajación y ofrece la posibilidad de entrar en un estado de suave ensoñación.

 

A diferencia de la meditación que requiere entrenamiento o esfuerzo, el masaje de sonido no requiere ninguna habilidad o voluntad: el soltar ocurre naturalmente.

 

La terapia de sonido está indicada para todos los trastornos relacionados con el estrés: insomnio, hipertensión, problemas digestivos, contracturas musculares, etcétera. Además, estimula los sistemas endócrino e inmunitario, por lo que supone un buen complemento para cualquier tratamiento médico.

Nota

Los tratamientos o sesiones que aquí se citan pretenden ser un complemento para recobrar y mantener un estado de bienestar personal contribuyendo a una mejora de nuestra salud. El masaje de sonido es un método de relajación. No sustituye en modo alguno a una consulta médica ni al consejo de ningún otro profesional sanitario. Sólo su médico de cabecera o especialista está autorizado para establecer un diagnóstico médico y establecer el tratamiento adecuado resultante de él.